En el mundo del web, la seguridad de la información es primordial para proteger a los internautas contra diversas amenazas como el phishing u otros ataques maliciosos. Uno de los medios de seguridad más efectivos consiste en el uso de herramientas de autenticación como el Sender Policy Framework (SPF), que busca garantizar la fiabilidad de los remitentes de emails. Este artículo, destinado al público en general, ofrece una presentación simple y bien estructurada del SPF y sus funciones.
Los orígenes del SPF: un protocolo de autenticación
Desde los años 2000, a medida que el uso de Internet se democratizaba poco a poco, los actores del emailing constataron la necesidad de desarrollar herramientas que permitieran identificar claramente a los emisores de emails para combatir el spam y el phishing. El SPF surgió así en forma de un protocolo de autenticación.
Hoy en día, registrado en la RFC 7208, asocia los nombres de dominio a direcciones IP específicas, haciendo mucho más difícil la usurpación de identidad. En resumen, el SPF permite a los servidores que reciben emails identificarte como un remitente legítimo y así limitar el envío masivo de mensajes no deseados.
El funcionamiento del SPF
- Asociaciones: El SPF permite a uno o más remitentes identificados por direcciones IP autorizadas enviar emails desde un nombre de dominio específico.
- Limitaciones: En caso de una dirección IP no registrada en las entradas SPF de un dominio, esta será considerada como ilegítima por el servidor de destino. Esta característica hace del SPF una medida disuasoria contra el phishing y limita fuertemente el uso de direcciones webmail gratuitas para envíos masivos.
- Legitimidad: Adoptar el protocolo SPF muestra al mundo del emailing tu voluntad de ser un remitente legítimo y de usar prácticas apropiadas.
¿Cómo se integran los elementos del SPF?
El estándar de autenticación SPF se basa en el intercambio de información entre el servidor emisor (el que tú usas) y los servidores de destino. Toma la forma de un registro TXT que contiene las direcciones IP autorizadas para enviar emails por el dominio; generalmente, se trata de la URL del sitio web de tu marca.
v=spf1 include:tudominio.com ~all
Si la dirección IP del servidor emisor corresponde a una de las direcciones listadas en el registro SPF, el servidor de recepción considerará el mensaje como legítimo. De lo contrario, la dirección IP será considerada ilegítima, lo que podría conllevar potencialmente un rechazo del mensaje o incluso una clasificación como spam.
Es importante resaltar que el uso de direcciones webmail como Gmail, Microsoft Outlook o Yahoo Mail para envíos a gran audiencia está altamente desaconsejado. De hecho, no solo estos proveedores limitan este tipo de envíos, sino que tampoco puedes probar que eres efectivamente propietario de estos nombres de dominio.
Los límites del SPF
El SPF presenta algunas limitaciones que pueden ser superadas asociando el registro SPF con los de DKIM y DMARC. Algunas de estas limitaciones incluyen casos donde los spammers solo usurpan la dirección indicada en el campo «De:» del encabezado en lugar de usurpar completamente el nombre de dominio del remitente. Asimismo, es importante notar que el SPF no será útil si tu email es reenviado a otra persona.
Asociar el SPF con los protocolos DKIM y DMARC
Para solucionar los problemas mencionados anteriormente y fortalecer la protección de tu identidad como remitente, se recomienda encarecidamente combinar el SPF con los protocolos DKIM (DomainKeys Identified Mail) y DMARC (Domain-based Message Authentication, Reporting & Conformance). Esto permitirá aumentar considerablemente la seguridad de los intercambios de emails y asegurar tu legitimidad ante los destinatarios.
En conclusión, implementar el Sender Policy Framework (SPF) aparece como un paso indispensable para quien desee preservar su reputación como remitente de emails confiable y seguro. Sin embargo, es importante recordar que el SPF es solo un elemento entre otros para garantizar una seguridad óptima en los emails. La asociación de este protocolo con el DKIM y el DMARC se impone entonces como un complemento indispensable.