La dirección IP es un elemento clave en el mundo del email marketing, y su reputación es esencial para asegurar la entregabilidad de tus envíos, ya que es lo que permitirá a los proveedores de correo decidir si aceptan o no entregar tus mensajes. Por eso, es muy importante optar por la configuración adecuada: una dirección IP compartida o una dirección IP dedicada. Aquí te explicamos la diferencia entre ambas opciones, así como sus ventajas e inconvenientes, para ayudarte a elegir la mejor solución para ti.
¿Para qué sirve una dirección IP?
La dirección IP (Internet Protocol) es un número único compuesto por varios dígitos, que permite identificar un dominio o un dispositivo conectado a una red de Internet (ordenador, móvil, tableta, etc.). En el caso del email marketing, permite enviar y recibir mensajes entre los diferentes servidores, que se identifican a través de esa dirección.
Para el envío de correos electrónicos, existen dos tipos de direcciones IP: la IP compartida y la IP dedicada. La principal diferencia entre ambas radica en quién utiliza la dirección.
La dirección IP compartida
Como su nombre indica, este tipo de IP es compartido entre varios remitentes. Su reputación depende de todos los usuarios que la utilizan.
Ventajas
- Bajo coste – Una dirección IP compartida es más económica ya que el coste se divide entre los diferentes usuarios.
- Buena opción para volúmenes de envío pequeños – Es una excelente solución para empresas que envían pocos correos (menos de 100k emails al año).
Inconvenientes
- No tienes control sobre la reputación de la IP – Si otros usuarios tienen malas prácticas, pueden afectar negativamente la entregabilidad de tus correos. Por eso es clave elegir un proveedor serio con buena reputación compartida.
Cuidado: el hecho de “compartir” la reputación puede ser una desventaja, pero también una ventaja. Si compartes IP con remitentes que siguen buenas prácticas, te beneficiarás de su reputación. Además, no necesitarás hacer el calentamiento de IP antes de enviar tus campañas, ya que esa reputación ya existe.
La dirección IP dedicada
Una dirección IP dedicada es utilizada exclusivamente por un único usuario o empresa. Es totalmente privada.
Ventajas
- Control total sobre la reputación – Al ser el único remitente, puedes gestionar completamente la reputación de tu IP. No dependerás de terceros. Solo necesitas aplicar buenas prácticas para construir una reputación sólida como remitente.
- Eficiente para grandes volúmenes de envío (más de 100k emails al año).
- Capacidad de actuar rápidamente si surge un problema de reputación.
Inconvenientes
- Necesidad de calentar la IP – Si comienzas a enviar muchos mensajes de golpe, los proveedores pueden sospechar, ya que es una IP nueva. Deberás aumentar los volúmenes de forma gradual para construir una buena reputación.
- Coste más elevado – Una IP dedicada es más cara, ya que no compartes el gasto con otros.
La reputación IP influye directamente en la entregabilidad
Una IP con mala reputación aumenta las probabilidades de que tus emails lleguen a la carpeta de spam o sean directamente bloqueados por proveedores como Gmail, Outlook o Yahoo. Los filtros anti-spam analizan el historial de esa IP: volumen de envíos, tasa de quejas, tasa de rebote, frecuencia, etc.
La reputación del dominio también es clave
Hoy en día, los proveedores no solo se fijan en la IP, sino también en el dominio del remitente. Un dominio bien configurado y con buen historial (SPF, DKIM, DMARC) tendrá mayores probabilidades de ser aceptado. Tener una buena IP ya no es suficiente si tu dominio tiene mala reputación.
Las limitaciones técnicas de las IP dedicadas
Gestionar una IP dedicada también implica administrar todo el ecosistema técnico: servidor SMTP, configuración DNS, autenticaciones, gestión de rebotes (hard/soft bounce). Esto suele requerir conocimientos técnicos o el apoyo de un experto externo.
Cómo gestionan las IP las plataformas
Servicios como Mailchimp, Sendinblue o Klaviyo asignan automáticamente IP compartidas a sus clientes. Solo las cuentas grandes, o las que alcanzan cierto volumen, pueden solicitar una IP dedicada. Algunos proveedores también ofrecen IP semi-dedicadas, compartidas entre pocos usuarios seleccionados.
Indicadores clave para vigilar tu reputación
Para conocer el estado de tu IP (o dominio), controla estos KPIs: tasa de quejas (spam), tasa de rebote, tasa de apertura, tasa de clics, reputación Sender Score, tasa de entregabilidad por proveedor. Herramientas como Postmaster Tools (Google), Talos Intelligence o SenderScore.org pueden ayudarte.
¿Cuándo cambiar de IP?
Si una IP está persistentemente en listas negras, a pesar de intentar corregir los problemas, puede que sea necesario abandonarla. También aplica en caso de cambio de proveedor, migración de plataforma o cambio de identidad de envío (nuevo dominio, producto, etc.).
Calentamiento de IP: un proceso esencial
El warm-up consiste en enviar pequeños volúmenes de correos de forma progresiva para construir una reputación sana. Puede hacerse manualmente, aumentando cada día, o con herramientas automáticas como Warmup Inbox, Lemwarm o Mailreach.
Cuidado con los errores de configuración
Una IP mal configurada (sin SPF, sin DKIM, sin DMARC) o mal usada (spam, volumen anómalo) puede ser bloqueada de inmediato por algunos proveedores. Enviar en masa a direcciones inválidas o inactivas también puede llevarte rápidamente a una lista negra.
¿Te preguntas qué tipo de IP elegir? Como has podido leer, ambas opciones tienen ventajas e inconvenientes. Todo depende de tu presupuesto y de tus necesidades de envío. Una buena estrategia puede ser empezar con una IP compartida y, cuando tu volumen crezca, pasar a una IP dedicada.