Un rebote, es un poco como un paquete devuelto al remitente: el mensaje no alcanzó a su destinatario por alguna razón. Sin embargo, mientras un simple error de dirección puede resolverse fácilmente en el mundo físico, en el marketing por correo electrónico, esto requiere una atención mucho más sostenida. Gestionar los rebotes de manera eficaz es entender su naturaleza, saber cómo tratarlos y, sobre todo, cómo evitarlos en el futuro. Te explicamos.
Comprender los diferentes tipos de rebotes
Los rebotes (o «bounces») se dividen en dos categorías principales: los rebotes duros («hard bounces») y los rebotes suaves («soft bounces»). Cada uno tiene causas específicas y requiere un enfoque diferente.
¿Por qué los rebotes son un problema serio?
Los rebotes no son solo indicadores de mensajes no entregados; pueden afectar seriamente tu reputación como remitente.
Los proveedores de servicios de correo electrónico (ESP) vigilan de cerca las tasas de rebote y las consecuencias pueden variar de un proveedor a otro, o según el cliente. En caso de rebote, los mensajes del remitente pueden ser filtrados y colocados en correo no deseado sin que este sea notificado, o incluso rechazados automáticamente. Otro caso que puede ocurrir debido a rebotes duros demasiado frecuentes es que el remitente sea colocado en una lista negra. Además, los rebotes no gestionados pueden distorsionar los análisis de los expertos en marketing, dificultando así la evaluación del rendimiento real de sus campañas.
6 buenas prácticas para gestionar eficazmente los rebotes
Gestionar los rebotes no consiste simplemente en ignorarlos o eliminarlos de tu lista de difusión. Es necesario un enfoque proactivo para identificar las causas subyacentes y prevenir futuros rebotes.
1) Monitorear regularmente las tasas de rebote
Es esencial seguir regularmente las tasas de rebote. Una tasa normal generalmente se sitúa entre el 1 % y el 2 %. Si es más alta, debes tomar medidas correctivas.
2) Segmentar y limpiar las listas
Clasifica tus listas de difusión según el compromiso de los usuarios. Las direcciones que no han interactuado con tus correos desde hace tiempo son más propensas a rebotar. Limpia regularmente tus listas para eliminar direcciones inactivas o inválidas.
3) Utilizar un servicio de verificación de correos
Antes de cada envío de campaña, considera verificar la validez de las direcciones de correo en tu lista. Servicios como Captain Verify permiten detectar y eliminar direcciones de riesgo, reduciendo así las posibilidades de rebotes duros.
4) Gestión proactiva de los rebotes suaves
En lugar de dejar los rebotes suaves sin atención, implementa un sistema que siga su número para cada dirección. Por ejemplo, si una dirección de correo rebota tres veces seguidas, considera retirarla temporalmente de tu lista y luego enviar un correo de reenganche para verificar la disponibilidad del buzón en cuestión.
5) Optimización del peso de los correos
A veces, los rebotes pueden estar relacionados con la propia naturaleza del correo enviado. Los mensajes voluminosos o que contienen archivos adjuntos pesados son más propensos a rebotar. Asegúrate de que tus envíos sean ligeros y optimizados para una entrega fluida.
6) Autenticación de correos
La autenticación de correos, a través de protocolos como SPF, DKIM y DMARC, es esencial para asegurar una buena entregabilidad. Estas medidas ayudan a demostrar que tus correos realmente provienen de ti, evitando que sean bloqueados por los servidores de recepción.
Prevenir los rebotes: un trabajo que también se hace por adelantado
La prevención de rebotes comienza mucho antes del envío de tu campaña. Aquí tienes algunos consejos para minimizar los rebotes desde el principio:
- Utiliza la doble suscripción para pedir a los suscriptores que confirmen su dirección después de registrarse. Esto garantiza que el correo proporcionado es válido y activo.
- Asegúrate de que tus formularios de inscripción estén bien diseñados para evitar errores de escritura. Usa scripts de validación en tiempo real para verificar la sintaxis de la dirección de correo.
- Monitorea regularmente los indicadores de calidad de tu lista, como la tasa de apertura, la tasa de clics y, por supuesto, la tasa de rebote.
Gestionar bien los rebotes requiere una combinación de vigilancia, anticipación y tener las herramientas adecuadas. En general, lo más importante es crear una lista de calidad (y mantenerla así), seguir las buenas prácticas antes, durante y después de cada campaña.